miércoles, 8 de febrero de 2012

Los problemas de China beneficiarían a México



Comprar productos de China ya no es tan buen negocio. Una consecuencia de ello es que las compañías que transportan carga desde México hacia Estados Unidos están trabajando más.
China ha sido durante largo tiempo el destino de las compañías que buscan recortar costos. Una gigantesca población de trabajadores, sumada a unos líderes ansiosos de forjar la infraestructura manufacturera del país, la convirtieron en el mejor lugar del mundo para fabricar productos a bajo precio. Pero claro, nada dura para siempre.
La base de trabajadores chinos se está reduciendo. La política de un hijo y la preferencia cultural del país por los niños ha conducido a una contracción de la población de jóvenes, particularmente las mujeres que trabajan en los pisos de las firmas textiles y de electrónicos. Naciones Unidas proyecta que el número de mujeres entre 15 y 24 años en China caerá de 106 millones en 2010 a 92 millones en 2015. Sumado a un creciente estándar de vida, los costos laborales están subiendo más rápido que los incrementos en productividad de las firmas chinas.
Además, los precios comerciales de los terrenos se han disparado, mientras que los precios, controlados por el gobierno, de la energía se están acercando a las tasas del mercado. El yuan ha subido 30% en los últimos cinco años frente a unas canastas de las monedas de sus principales socios comerciales y continuará su marcha ascendente. No es de extrañar que el precio de las importaciones desde China, que por muchos años se mantuvo estable, haya estado al alza desde finales de 2010.
Los problemas de la cadena de suministro también han ocasionado que las compañías reconsideren la tercerización. Cuando la demanda cayó precipitadamente después de la crisis financiera de 2008, muchos se quedaron con inventario atascado en barcos lentos desde China. Los volátiles precios de la energía han hecho que los costos de transporte sean más inciertos. El tsunami del año pasado en Japón y las inundaciones en Tailandia subrayan la fragilidad de las largas cadenas de suministro.
Las cambiantes dinámicas de costos han intensificado los rumores de que las empresas estadounidenses optarán por una "repatriación" de trabajadores y algunas han trasladado operaciones a EE.UU. El pasado jueves, al anunciar sus resultados, Carlisle Cos. informó que incrementaría sus operaciones de fabricación de neumáticos en Tennessee debido a que, según el presidente ejecutivo David Roberts, "podemos fabricar con tantos o mayores ahorros en EE.UU. que en China".
Para muchas compañías, no obstante, una mejor estrategia es reforzar su producción en México. Pese a las preocupaciones de seguridad, los salarios son sustancialmente menores a los de EE.UU. Una mirada a las recientes estadísticas comerciales sugiere que las empresas ya lo están haciendo.
El número de contenedores de carga llenos que entraron a los puertos de Los Ángeles y Long Beach, California, los principales puntos de entrada para las importaciones asiáticas, bajó 0,2% el año pasado. Pero los camiones y trenes cargaron más mercancía, por peso, desde México hacia EE.UU. en los primeros 11 meses del año pasado frente al mismo lapso del año anterior.
Un puñado de empresas de transporte son las qué más saldrán beneficiadas. La subsidiaria mexicana de Kansas City Southern Railway controla un sistema férreo que se extiende hasta el interior de México. También controla un puente para trenes que cruza el Río Grande en un punto clave del cruce fronterizo en Laredo, Texas. Union Pacific posee 26% de la empresa ferroviaria mexicana Ferromex y opera en seis importantes cruces fronterizos. Las acciones de ambas compañías han subido marcadamente en el último año y las ganancias han mantenido el paso. Kansas City Southern se cotiza a 23 veces sus ganancias, frente a 34 hace un año. La proporción de ganancias a ingresos de Union Pacific ha caído de 17 a 19. La tercera empresa ferroviaria con operaciones con México es BNFS, propiedad de Berkshire Hathaway, el conglomerado ligado a Warren Buffett.
Varias firmas de camiones operan en México; la que tiene la mayor exposición es una empresa pequeña llamada Celadon Group, la cual concentra buena parte de sus negocios en la frontera entre EE.UU. y México. Sus acciones, que cayeron y luego repuntaron en 2011 se cotizan a 19 veces sus ganancias, frente a 32 veces hace un año.
Pero sin duda el mayor beneficiado es México. El país y sus compañías fueron duramente afectados a lo largo de la última década por la pérdida de exportaciones frente a China. El desplazamiento del foco comercial podría contrarrestar los problemas económicos y sociales que han hecho que algunos inversionistas se sientan reacios a colocar su dinero allí.

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