Grafique la cadena productiva.
Las cadenas productivas en la minería aurífera
Banco Central de Venezuela
La minería aurífera
al igual que el resto de las actividades extractivas genera una cadena de valor
que se inicia en el proceso de exploración del recurso y culmina en el sector terciario
de la economía; gráficamente lo podemos apreciar como sigue:
En Venezuela las
actividades que se realizan en el sector primario corresponden a las
etapas de exploración, explotación y fundición del recurso aurífero, son
realizadas por empresas públicas, privadas, de producción social,
cooperativas y por la pequeña minería que puede actuar de manera formal o
informal. Su ámbito de acción lo rige la Ley de Minas promulgada en 1999
y su control y regulación lo ejercen el Ministerio para el Poder Popular para
las Industrias Básicas y Minería (Mibam), el Ministerio para el Poder Popular
para el Ambiente y la Fuerza Armada Nacional en materia de resguardo minero.
Este sector
desarrolla sus actividades principalmente en el estado Bolívar y particularmente
en los municipios Dalla Costa y Sifontes, espacios en los cuales se localizan
los yacimientos de mayor potencial, autorizados como zonas de explotación
aurífera en el Decreto de Imataca. Actualmente, se encuentran en
explotación activa unas 5 concesiones incluyendo las adjudicadas a la empresa
del estado Minerven, con operaciones en El Callao y en la zona del Perú.
En adición la producción no concesionaria, es realizada por la pequeña
minería, aportando más del 60% al total de la producción nacional.
Este sector
representa sin duda el mayor porcentaje de ocupación en la actividad minera, a
la vez que representa el mayor contingente de población en estas
zonas. Esta característica representa un cambio significativo, ya que en la
década de los ochenta estas áreas se encontraban despobladas. Hoy día alrededor
de la carretera Nacional Puerto Ordaz-Santa Elena de Uairén conviven
pobladores de procedencias diversas, siendo significativa la presencia de
comunidades indígenas provenientes de etnias como los Pemores,
Arawakos y Kariñas, entre otros.
El sector
secundario por su parte, se localiza principalmente en poblaciones como El
Callao o en ciudades como Ciudad Bolívar o Caracas; su actividad se orienta a
la transformación del metal áureo, principalmente a ser usado por la industria
de la joyería, a través de talleres especializados en la fabricación de joyas o
en pequeñas unidades de orfebrería. En Venezuela, la tradición cultural
valoriza en alto grado el consumo de joyas con elevado componente de oro,
siendo el de 18 kilates el más demandado.
El sector terciario
o también conocido como sector de comercio y servicios está constituido por
agentes públicos y privados que dan soporte a la actividad, desde el comercio,
financiamiento, seguridad, hasta la oferta de títulos valores con respaldo de
oro o la venta de figuras numismáticas o de colección. Participan instituciones
financieras como el BCV, sistema bancario nacional y mercado de capitales,
hasta establecimientos como joyerías y casas de cambio.
Al Banco Central de
Venezuela le corresponde la normativa de comercialización interna del oro
amonedado o en barras, así como autorización previa para la importación y
exportación de oro amonedado o en aleaciones sus aleaciones, en barras,
fundido o en cualquier otra forma, excluyendo de tal requisito las joyas
de oro de uso personal.
Las cadenas
productivas generadas por la actividad aurífera trascienden los sectores
internos y se trasladan al resto del mundo, bien por requerimientos de insumos,
materias primas o productos terminados a través de procesos de importación o
por la exportación de barras, oro amonedado, productos manufacturados para uso
de joyería o industrial.
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