viernes, 24 de febrero de 2012

Recolección de algodón en Argentina influye en la salud de mujeres y niños


** En el programa radial “Aula Ambiental” la profesora Ana María Liberali, de la Universidad de Buenos Aires, dio a conocer los resultados de una investigación realizada en la Provincia de El Chaco

Adriana Heras

El autismo de su hijo llevó a la geógrafa Ana María Liberali, docente titular de la Universidad de Buenos Aires, especialista en Geografía Social de América Latina y en Geografía Médica Ambiental, a estudiar de qué manera el ambiente y el trabajo desempeñado por las personas pueden influir en la salud.

Fue así como, tras varios cursos realizados en el Centro Médico de la Provincia de Buenos Aires -con avales de la Organización Panamericana de la Salud-, esta investigadora aún no descubrió las causas del autismo, pero sí otros aspectos interesantes en una región argentina de la Provincia de El Chaco, en donde se ha detectado mayor mortalidad infantil y mayor mortalidad femenina temprana, lo cual coincide con la ocupación laboral de estas mujeres: la siembra del algodón.

Esta docente argentina comenzó a trabajar entonces, desde la Universidad de Buenos Aires, con un grupo interdisciplinario integrado por representantes del Ministerio de Salud, toxicólogos de la Facultad de Medicina y de la Facultad de Farmacia y Bioquímica e, incluso, con los Sindicatos de Trabajadores Rurales.

“El problema es el siguiente: el algodón producido en Argentina, tanto para consumo interno como para la exportación, no se destina a la fabricación de aceite comestible, sino a fibra textil. En El Chaco la temperatura ambiente puede llegar durante los meses de enero y febrero a 45 grados a la sombra con muy alta humedad, por tanto, debido al número de insectos y de determinados elementos que afectan a la planta, se coloca una gran cantidad de pesticidas, pensando que nadie va a consumir el producto”.

Esto suena lógico, pero la mayoría de las empresas contratan mano de obra para recoger la cosecha y son las mujeres las encargadas de hacerlo por ser la planta de algodón muy delicada, mientras que los hombres cargan los fardos o bultos.

“Como se les paga por cantidades, no por persona u hora de trabajo, participa la familia entera en la recolección y es por eso que los niños ingresan a los campos de algodón desde pequeños y también ayudan a la madre a extraerlo, incluso, las he visto embarazadas o con los bebés atados a sus espaldas. Lo que es peor: en Argentina, en teoría, están prohibidos más de 70 pesticidas, sin embargo, los hemos encontrado sus rastros en sangre, en leche materna y en semen”.

El abordaje del tema es complicado porque el gobierno argentino apoya a los productores y las mujeres afirman que se les está quitando el empleo… pero la investigación del grupo al que pertenece Ana María Liberali les ha llevado a descubrir, por ejemplo, una localidad algodonera de 8 mil habitantes en donde existe una escuela para niños con problemas mentales que tiene 120 alumnos. En otras localidades, además, el labio leporino es habitual y está por encima del promedio total de la Argentina.

La soya: otro problema

Liberali explicó que, además de los problemas de salud ambiental que se evidencian en El Chaco debido a la siembra del algodón, allí también se suma la producción de soya –según la doctora Nancy de Sardi un gran porcentaje de la soya que se cultiva en el mundo proviene de semilla manipulada genéticamente-, la cual está desplazando a otros cultivos, a la ganadería y generando la deforestación.

“Esta provincia ya fue deforestada a fines del siglo 19, pero actualmente la soya llegó a ‘El Impenetrable’, una zona boscosa que aún se mantenía casi intacta. Los directores de algunos hospitales reconocieron que aumentaron los casos de cáncer, especialmente el infantil, y uno de las causas centrales es la fumigación aérea”.

De esta forma los geógrafos trabajan con datos epidemiológicos pero también, dentro del área física, estudian hacia dónde van los vientos y las cuencas, pues el agua está contaminada, incluyendo la subterránea, y las personas la consumen sin conocer las causas ni las consecudencias. “La situación política y económica es bastante compleja, pues hay médicos que han recibido amenazas en contra de sus hijos y se les insta a no meterse con algunos laboratorios, por otro lado, en los medios de comunicación argentinos, cuando una habla del ambiente en términos generales le dan espacio, pero cuando una da nombres y apellidos de los dueños de los campos o los responsables de la producción, allí existe una limitación”.

En el caso argentino Ana María Liberali hizo alusión a un caso a través del cual se dio un pasito para evitar en lo posible enfermedades laborales y hacer frente al poder de las grandes industrias. Se trata de la siembra de tabaco en una provincia llamada “Misiones” en la que, al ver que la empresa no tenía intención de disminuir los agroquímicos, se les envió a las mujeres de los trabajadores –a través de un pastor religioso- mensajes claros: que sus maridos se colocaran un pañuelo en la boca cuando estuvieran en los sembradíos, que no alzaran a sus niños con la ropa de trabajo y que ésta se lavara aparte, sin mezclarla con la del resto de la familia. “No se logró el gran cambio, pero sí se pretendió disminuir consecuencias, pero mientras la pobreza siga existiendo es muy difícil que los problemas ambientales y de salud se resuelvan”.

Liberali ofreció una conferencia en Mérida invitada por sus colegas del Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y Territorial de la Universidad de Los Andes, Cidiat; y la doctora Nancy de Sardi, coordinadora de la Comisión Universitaria de Asuntos Ambientales, la entrevistó en su espacio radial “Aula Ambiental”, emitido todos los viernes por 107.7 ULA FM.

viernes, 17 de febrero de 2012

Inversión en América Latina



Comunicados de prensa
Secretaria Ejecutiva de la CEPAL:

(24 de enero, 2012)


"La inversión en América Latina es insuficiente para alcanzar el desarrollo"



Mientras en la región la inversión promedia 20% del PIB, en algunos países de Asia Pacífico llega a 40%, indicó Alicia Bárcena.


"El coeficiente de inversión es insuficiente en América Latina y el Caribe para sostener altas tasas de crecimiento. Tenemos principalmente rezagos en infraestructura. Lamentablemente la inversión ha sido una de las variables de ajuste en crisis pasadas", dijo hoy la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.


La alta representante inauguró en la sede del organismo en Santiago, Chile, el XXIV Seminario Regional de Política Fiscal, que se extenderá hasta el jueves 26. Además de Bárcena, en la primera sesión expusieron Adrienne Cheasty, Directora Adjunta del Departamento de Asuntos Fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI), Mario Marcel, Director Adjunto de la División de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y Sergio Wulff Gobetti, del Ministerio de Hacienda de Brasil.


Los expositores coincidieron en que América Latina se encuentra hoy en una situación privilegiada en medio de la crisis que afrontan algunos países europeos. Destacaron especialmente el control de las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda, activos regionales que deben ser mantenidos, enfatizaron.


"La calidad de las finanzas públicas ha mejorado en América Latina", dijo Bárcena. "La deuda pública se ha reducido drásticamente y su perfil y composición es más equilibrada, los ingresos fiscales y la tasa tributaria promedio aumentaron, la disminución del pago de intereses ha generado espacios fiscales importantes y el gasto público social se ha mantenido", dijo.


No obstante, "la inversión en América Latina y el Caribe no solo es altamente volátil, sino que además en las fases expansivas del ciclo económico no logra recuperar la intensidad de su caída en la fase contractiva. La inversión privada ha sido poco dinámica y la pública ha ido declinando", planteó la Secretaria Ejecutiva.


En América Latina la formación bruta de capital fijo representa cerca de 20% del producto interno bruto (PIB), mientras que en algunos países de Asia Pacífico alcanza a 40%, comparó.
Según Bárcena, la inversión en la región debería estar orientada a mejorar la infraestructura, a aumentar la investigación, ciencia e innovación, a promover instituciones bancarias para el desarrollo y a fomentar matrices más limpias desde el punto de vista ambiental.


La máxima representante de la CEPAL instó a los países de la región a consolidar una política fiscal "sostenible y estabilizadora a la vez", con una relación deuda-PIB baja en períodos de bonanza y políticas contracíclicas de gasto en las fases recesivas.


La política fiscal debe contribuir al crecimiento económico de largo plazo mediante inversión estable en capital físico, humano e innovación. También debe tener un carácter claramente redistributivo, lo que incluye tasas tributarias con estructuras progresivas, indicó.


En el marco del seminario se lanzó el Observatorio Fiscal de Latinoamérica y el Caribe (OFILAC), que busca aportar al mejoramiento de la política fiscal en la región mediante la difusión de estudios y el debate entre los distintos actores involucrados en la materia.


OFILAC es una iniciativa de la CEPAL en la que también participa la OCDE, el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) y el Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Cuenta con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y de la agencia de cooperación internacional alemana GIZ (Deutschen Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit).


El sitio web del Observatorio, que contiene noticias, actividades, estadísticas y publicaciones sobre la actualidad fiscal en América Latina y el Caribe, está dirigido principalmente a autoridades económicas, funcionarios internacionales, académicos y estudiantes.


El XXIV Seminario Regional de Política Fiscal es organizado por la CEPAL, a través del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES), con el apoyo del FMI, de la OCDE, del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, gracias al auspicio del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

miércoles, 15 de febrero de 2012

Sistemas territoriales de producción y redes de empresas


Ricardo Méndez
Fragmento del articulo “Innovación y desarrollo territorial: algunos debates teóricos recientes”
EURE (Santiago) v.28 n.84 Santiago sep. 2002



Un tercer factor de impulso en la construcción de territorios innovadores, de especial importancia en buena parte de la teoría existente hasta el momento, es la presencia de una organización de las actividades productivas de tipo sistémico. Las relaciones de interdependencia entre las empresas, ya sean de carácter mercantil (compraventa entre proveedores y clientes, subcontratación, etc.) o al margen del mercado (acuerdos de colaboración formales o informales, intercambio de información, etc.) constituyen la base de los sistemas productivos locales (SPL), que tanto interés han despertado en las dos últimas décadas, hasta el punto de provocar en algunos casos la renovación de las políticas públicas de promoción económica y desarrollo territorial (Vázquez Barquero, 1999 y DATAR, 2000).
Por influencia de la teoría originaria sobre los distritos industriales marshallianos, el análisis de los SPL prestó especial atención a aquellos territorios organizados mediante redes de pequeñas empresas de origen local en torno a una cadena productiva o filière determinada (textil-confección, calzado, máquinas-herramientas, electrónica, etc.), con predominio de relaciones no jerárquicas de tipo horizontal y una acusada división interna del trabajo. La acumulación de economías ¾externas a cada empresa pero internas al SPL¾ y la mayor capacidad de esta forma de organización para intensificar la transferencia de conocimientos e innovaciones entre las firmas hizo que la propia idea de medio innovador apareciera, desde sus inicios, muy ligada a la anterior.



Se concedió, en cambio, menor interés a la existencia de otro tipo de sistemas productivos, organizados en torno a una o varias grandes empresas, de origen endógeno o exógeno, que cuentan con una constelación de pequeñas firmas auxiliares en su entorno, situación que alcanza especial importancia en algunos sectores (automóvil, aeronáutica, informática, etc.). Aunque en estos casos las relaciones de tipo vertical-jerárquico suelen predominar sobre las de carácter horizontal, no puede negarse que en muchas de las áreas estudiadas los flujos materiales e inmateriales entre las empresas motrices y sus satélites incluyen la difusión de innovaciones (en los sistemas de fabricación, el control de calidad y el diseño del producto, la organización del trabajo, etc.). En tal sentido, aun aceptando la presencia de situaciones de dominación-dependencia que limitan la capacidad decisoria de numerosas firmas (aspecto destacado en las conclusiones de nuestro trabajo anterior), parece conveniente profundizar en la reflexión sobre las interrelaciones existentes entre las diferentes formas de organización industrial y la capacidad innovadora mostrada por los sistemas productivos.
Aunque los primeros estudios sobre SPL realizados en los ‘80 ya incluyeron numerosos intentos de establecer tipologías, siendo especialmente conocidos los de Garofoli o Markusen, ahora interesa destacar la propuesta realizada por Maillat y Kebir (1998), que puede contribuir a sistematizar los diversos modelos de organización identificables en los estudios de caso. El punto de partida es la aceptación de que la organización de lo que califican como sistemas territoriales de producción (STP) condiciona, en gran medida, la transmisión interna de información y conocimientos, generadora de procesos de aprendizaje colectivo. La naturaleza e intensidad de las relaciones, junto al grado de autonomía de las empresas, son así la clave de esas diferencias en cuanto a la capacidad para aprender, cambiar y adaptarse.


Con tales supuestos, Maillat y Kebir proponen una tipología básica de STP a partir de la combinación de dos criterios:




- la existencia o no de relaciones de interdependencia entre las empresas y su entorno local/regional, identificable en el eje de ordenadas y
- el tipo de relaciones dominantes en el seno de las propias empresas radicadas en el territorio (o grado de integración de su cadena de valor), identificables en el eje de abscisas.


Pueden así identificarse hasta cuatro situaciones, con efectos diferenciados en cuanto a su capacidad relativa para propiciar la construcción de medios innovadores.



Un primer caso corresponde a STP compuestos por empresas (PYMES o filiales de grandes firmas) que mantienen relaciones con el exterior, pero actúan de forma aislada a escala local, sin apenas vínculos entre ellas, además de presentar una organizacion simple, sin una clara diferenciación de los componentes de su cadena de valor (caso 1). Tanto en este como en el segundo caso, aplicable a territorios que muestran la presencia de grandes firmas integradas que los utilizan como simple soporte pasivo para su actividad (bajos costes, buena accesibilidad a los mercados, subvenciones, etc.), pero sin apenas relaciones con su entorno, puede hablarse del predominio de una lógica funcional que no propicia la aparición de verdaderas redes de innovación interactivas.



Situación muy distinta es la que caracteriza los otros dos casos, en los que puede hablarse de una lógica territorial, por cuanto el entorno de las empresas juega un papel activo en sus posibilidades de éxito y en su capacidad para incorporar innovaciones a los procesos, los productos, o la gestión.



De una parte se sitúan aquellos STP dominados por algunas grandes empresas integradas pero interconectadas también a instituciones (centros tecnológicos, universidades, etc.), y sobre todo a otras empresas del área, en su mayoría PYMES, hacia las que externalizan determinadas tareas, productos o servicios, tal como corresponde a la aplicación de un sistema de producción flexible (caso 3). En estas circunstancias, la posibilidad de que esas grandes firmas actúen como polos de innovación dependerá del tipo de relaciones que mantengan con ese entorno: casi inexistente en el caso de la simple subcontratación, sin apenas intercambio de conocimientos, puede alcanzar cierta importancia si lo que se descentralizan son tareas o productos especializados, de mayor valor y complejidad, si hay proyectos tecnológicos comunes, intercambios de trabajadores, etc. Del otro lado se encuentra la situación más característica de los SPL (caso 4), con redes de PYMES interdependientes y especializadas en torno a uno o varios productos, con relaciones de competencia y colaboración basadas en un conjunto de reglas específicas, tanto explícitas como tácitas, que facilitan el aprendizaje colectivo y territorializan así la innovación.



Es indudable que estos cuatro tipos no se excluyen mutuamente, sino que en un mismo territorio pueden coexistir varios, asociados a sectores de actividad diferentes, pero sólo en los dos últimos casos puede considerarse que pueden aprovecharse de forma efectiva las ventajas de la proximidad ¾geográfica y organizativa¾ para inducir procesos de innovación relacionados con las propias condiciones del territorio (Gilly y Torre, 2000). En estos casos, y pese a las posibilidades que hoy ofrecen las nuevas tecnologías de información y comunicación para organizar redes virtuales espacialmente dispersas, se pone de manifiesto la importancia de esa proximidad geográfica para realizar una transferencia personalizada de conocimientos tácitos, no formalizados. Éstos van ligados al saber hacer de los individuos, se adquieren por experiencia de trabajo en común, son difícilmente codificables, exigen cierto grado de confianza y son de especial importancia en las fases iniciales del proceso innovador, o para responder a cambios rápidos del entorno (Loilier y Tellier, 2001).


En resumen, en el actual contexto de globalización, la existencia de redes de innovación permite que ciertos territorios ofrezcan respuestas diferenciadas, generadoras de ventajas competitivas dinámicas que propiciarán también el anclaje de sus empresas. "De este modo, la globalización impone limitaciones (nuevos competidores, carrera tecnológica, etc.), pero también abre nuevas perspectivas para las regiones que disponen de STP dinámicos, es decir, innovadores e integrados en los mercados mundiales. Ciertamente, todas las regiones no disponen de tales sistemas de producción, por lo que algunas se desarrollan mientras otras están en crisis. Así, cada territorio, en función de sus recursos y de su organización, sufre o, por el contrario, utiliza la globalización para su desarrollo" (Maillat y Grosjean, 1999).


Redes sociales de cooperación para el fomento de la innovación territorial


Una de las novedades más significativas incorporadas por buena parte de los enfoques teóricos citados en la figura 1 ha sido la creciente conciencia de que la comprensión de los procesos de innovación en el seno de las empresas y de los sistemas productivos exigía trascender ese ámbito de investigación para fijarse en la posible existencia de redes sociales de apoyo.



El cambio en la unidad de estudio, que de la empresa pasa a ser el territorio, obligó a considerar las complejas redes de relaciones que lo organizan y, en ese sentido, desde los enfoques relativos al contexto institucional de las empresas local embeddedness (Granoveter, 1985) o encastrement (Grossetti, 2001) hasta la perspectiva de la economía solidaria (Mance, 2000) han hecho aportaciones de interés. En palabras de Sforzi (1999), "el éxito de una empresa ya no se relaciona sólo con el dinamismo del sector al que pertenece y con una superior capacidad interna de inventar nuevas soluciones", sino que "al lado de las relaciones económicas de producción, asumen un papel esencial las relaciones sociales de cooperación y la compenetración de las empresas en las redes de relaciones socioeconómicas que constituyen el sistema local, entendido como integrador versátil de conocimientos y organización".



Así pues, la presencia de diversos actores comprometidos con la innovación no basta para lograr esa inteligencia compartida a que tanto se alude en los últimos tiempos. Para intensificar los procesos de aprendizaje colectivo es necesario que los múltiples integrantes de los sistemas territoriales de innovación establezcan ciertas relaciones de cooperación para reforzar su capacidad de acción, lo que resulta especialmente cierto en espacios que padecen déficit estructurales en este sentido.


El hecho de que las instituciones públicas y privadas, junto a las empresas locales, puedan cooperar en proyectos comunes de carácter innovador, exige la creación de un clima de confianza incluso de una cultura solidaria¾ generalmente difícil de alcanzar, para el que la labor de ciertas personas y organizaciones que trabajan por conseguir la concertación resulta de especial importancia (Esparcia, Noguera y Buciega, 2001). Por el contrario, la falta de redes locales de cooperación puede entenderse como un obstáculo en el camino de la innovación y el desarrollo. Algo similar puede afirmarse de la escasa implicación de los poderes locales en la generación de proyectos comunes, situación opuesta al concepto de governance, tan repetido también en la bibliografía reciente y que destaca los beneficios de una gestión concertada del territorio.



En un texto anterior se propuso una especie de cartografía de redes mediante la identificación de los actores locales y de la cooperación entre ellos a partir de un sencillo sistema de grafos que, no obstante, resulta útil tanto en la descripción de las diversas situaciones observables, como en la detección de aquellas debilidades a incorporar en el diagnóstico (Alonso y Méndez, 2000 y Méndez, 2001b). Puede proponerse ahora una mejora cualitativa en la caracterización de esas formas de cooperación, diferenciando al menos aquellas de carácter reactivo, que surgen ante la necesidad de responder a problemas existentes en la situación anterior, de las de carácter proactivo, que intentan descubrir nuevas oportunidades. Otros aspectos como el carácter coyuntural o estable de esa cooperación, la existencia o no de una reflexión estratégica a medio/largo plazo que la oriente, el equilibrio o la hegemonía de algunos actores en esas relaciones, junto al grado de implicación efectiva de la sociedad local, podrían otorgar mayor calidad y profundidad a este tipo de análisis.



En conclusión, las aportaciones teóricas de los últimos años que destacan la importancia del conocimiento y de los procesos de aprendizaje como principal recurso específico de los territorios, de la innovación como estrategia de respuesta frente a los retos de la globalización, o de la creación de redes como forma de organización más adecuada para lograrlo, han sido particularmente abundantes, aportando numerosas ideas que pueden orientar nuestras investigaciones y permitirnos una mayor profundidad en la interpretación de realidades concretas. Aplicarlas de modo eficaz para lograr una mejora de los análisis empíricos contrastando de forma crítica su capacidad y sus limitaciones para orientar propuestas de actuación en territorios con estructuras productivas, socio laborales y culturales diversas es el reto a que ahora nos enfrentamos.

Sobre los factores de impulso en la construcción de territorios innovadores

Ricardo Méndez
Fragmento del articulo “Innovación y desarrollo territorial: algunos debates teóricos recientes”
EURE (Santiago) v.28 n.84 Santiago sep. 2002


Pese a las evidentes diferencias existentes entre los diversos enfoques teóricos mencionados en el epígrafe inicial, uno de los rasgos que permite establecer evidentes relaciones entre ellos es el tipo de argumentación utilizada a la hora de interpretar la presencia de innovaciones y el dinamismo de los territorios.

La construcción de espacios caracterizados por la presencia conjunta de procesos de interacción y aprendizaje colectivo suele asociarse a la presencia de una cierta cantidad de recursos y activos específicos, acompañados por un conjunto de actores locales capaces de ponerlos en valor para responder así de forma positiva al nuevo contexto que supone la globalización. A todo esto se suma una forma de organización productiva donde se han construido redes de empresas identificables con el concepto genérico de sistema productivo local, junto a una forma de organización institucional donde las redes sociales de cooperación, que colaboran de forma activa en el impulso de las innovaciones, pueden también detectarse; en ambos casos, la influencia ejercida por la proximidad en la construcción de tales redes resulta hoy un aspecto ampliamente destacado y de evidente interés geográfico.
Con el objeto de completar esta panorámica sobre algunos de los conceptos y debates teóricos de mayor actualidad, que pueden permitir profundizar en ciertos componentes característicos de la noción original de medio innovador con el objeto de mejorar así la orientación de los estudios empíricos, pueden apuntarse ahora algunas ideas que seleccionan, sintetizan y en algunos casos revisan de forma crítica una parte de la bibliografía reciente, que se cita al final del texto.


La cuestión de los recursos territoriales específicos


La literatura sobre desarrollo local de los últimos años ha destacado de forma reiterativa la necesidad de basar esos procesos de desarrollo en el conocimiento y utilización prioritaria de los recursos endógenos existentes en cada área. Tal como recuerda Troitiño (2000), "todas las comunidades territoriales disponen de un conjunto de recursos (económicos, humanos, ambientales, institucionales, culturales, etc.) que constituyen lo que se denomina su potencial de desarrollo".


A partir de la realización de inventarios para identificar la cantidad y calidad de tales recursos, sus potencialidades y limitaciones, se trataría de encontrar los actores y las estrategias capaces de movilizarlos y ponerlos en valor de forma eficaz e innovadora. Así, por ejemplo, la sexta ronda de investigación propuesta por el GREMI a partir de 2001 centra su atención en el desarrollo y creación de empleos a partir de los recursos territoriales. Se propone comenzar con una identificación de los recursos naturales y/o culturales existentes que constituyen su patrimonio, los procesos de valorización-desvalorización-conservación que han conocido a lo largo del tiempo, sus relaciones con el sistema productivo y la sociedad local, para analizar finalmente el modo más o menos innovador en que son gestionados actualmente (creación de nuevos empleos y profesiones, nuevos productos, nuevos servicios, nuevas empresas, gestión sostenible de los recursos, etc.), la posible colaboración entre los actores locales para su gestión y la creación o no de un medio innovador dinámico desde esta perspectiva.

No obstante, ese concepto genérico de recurso territorial no ofrece demasiadas precisiones sobre qué elementos pueden incluirse bajo tal denominación o por qué espacios que, en apariencia, podrían ofrecer condiciones de partida similares, muestran una capacidad efectiva de innovación enormemente dispar. Para mejorar esa identificación, una de las aportaciones más significativas ha sido la distinción entre recursos genéricos y recursos específicos.

Con origen en el análisis económico de la innovación (Amendola y Gaffard, 1988), el punto de partida es el rechazo de que la innovación es tan sólo resultado de combinar recursos preexistentes en un territorio dado, que pueden o no ser utilizados en función de su precio. Por el contrario, ahora se afirma que la mayoría de los recursos utilizados en el proceso innovador "son construidos por el propio proceso y por el contexto en que se inscribe. Son específicos al ámbito que los ha producido", razón por la que "la innovación es una combinación de recursos específicos y recursos genéricos" (Rallet, 1996). El territorio resulta así una construcción social donde, a partir de unas dotaciones iniciales variables, algunas sociedades son capaces de generar un contexto progresivamente favorable a la innovación y el desarrollo mediante la movilización de iniciativas que hacen posible la creación de condiciones o recursos que sólo son entendibles en relación con ese ámbito (Crevoisier, 2001).


Esta visión de los recursos territoriales específicos concede especial importancia al contexto institucional, que Amin y Thrift (1993) definieron como "una combinación de políticas públicas, formas de coordinación estables entre actores públicos y privados, o entre actores privados, reglas implícitas de comportamiento, representaciones colectivas compartidas respecto al futuro del territorio y valores culturales". La presencia de un ambiente participativo puede facilitar la transmisión de la información, la creación de nuevos conocimientos interactivos y los fenómenos de aprendizaje colectivo, tal como han destacado todos los enfoques recientes vinculados a la llamada sociedad del conocimiento y las regiones inteligentes (Florida, 1995 y Antonelli y Ferrâo, 2001). Eso propicia también un mayor anclaje territorial de las empresas (Crevoisier y Camagni, 2000), al tratarse de recursos difíciles de encontrar en otras localizaciones, así como una mayor diferenciación de sus productos y servicios.


Por el contrario, en un buen número de regiones, ciudades y áreas rurales, el marco institucional existente no favorece la construcción de recursos específicos ante la escasa implicación de los poderes públicos y de otros actores locales, un individualismo excesivo que dificulta la transferencia de información y la realización de proyectos compartidos, una escasa movilización social y una cultura local poco propicia a las iniciativas y al cambio. En ellos, por tanto, las posibilidades de dinamización económica pasan siempre por un uso intensivo de recursos genéricos (recursos naturales, mano de obra abundante y barata, subvenciones a la inversión de capital, etc.), capaz de permitir bajar costes/precios, pero que son más fáciles de sustituir y a menudo provocan elevados costes sociales y ambientales.


Aunque su procedencia sea muy distinta, debe llamarse la atención sobre la proximidad de este concepto de recurso específico con el que Max-Neef, en su enfoque sobre las necesidades humanas, identifica con los recursos no convencionales: cultura organizativa y capacidad de gestión, redes sociales, cualificación y formación de los recursos humanos, solidaridad y capacidad de ayuda mutua. Lejos de agotarse con el uso, estos recursos presentes en algunos territorios se refuerzan, por lo que "la potenciación de recursos no convencionales estimula no sólo la autodependencia, sino que garantiza una mejor utilización de los recursos convencionales, especialmente del capital" (Max-Neef, 1993).


Un último ingrediente conceptual que puede incorporarse al análisis de los territorios desde la perspectiva de la innovación y el desarrollo, es la distinción hecha por algunos autores (Colletis y Pecqueur, 1995 y Benko y Pecqueur, 2001) entre recursos y activos. Mientras los primeros serían factores a revelar, con existencia potencial pero aún no utilizados, los segundos corresponderán a aquellos otros que ya se usan de forma habitual. Desde tal perspectiva, complementaria de la anterior, los estudios que aquí se proponen sobre la innovación como estrategia para el desarrollo territorial, podrían incluir:

- un inventario de los recursos y activos genéricos existentes en ese territorio: recursos naturales indiferenciados, población ocupada y/o movilizable sin cualificación, ahorro disponible para inversión, infraestructuras básicas, etc.
- un inventario de sus recursos y activos específicos: mano de obra cualificada, con formación técnica y/o experiencia en un determinado tipo de actividades, equipamientos y servicios de apoyo a la formación y la innovación, marco social e instituciones locales favorables a la innovación, etc.



El protagonismo de los actores locales y su identificación


Las teorías de la acción han adquirido cierto protagonismo en la mayoría de las ciencias sociales durante los últimos años, y la geografía no resulta una excepción. Frente a una visión que intentaba explicar la organización y dinamismo de los territorios o la distribución de los diversos elementos que los componen mediante la referencia a todo un conjunto de factores explicativos, este tipo de enfoques centra la atención sobre la existencia de individuos y organizaciones que, a partir de la toma de decisiones, ejercen un efecto determinante sobre la construcción y destrucción de las realidades socioespaciales que interesan a los geógrafos. Identificar qué actores operan en un territorio concreto, conocer y comprender sus características o estructura interna, intereses y valores, los mecanismos que guían el proceso decisional, las estrategias que aplican para alcanzar sus objetivos o sus posibles interacciones (colaboración, competencia, conflicto) son aspectos a los que ahora se concede una destacada atención.


La referencia a los actores forma parte, y de manera muy destacada, del discurso hoy habitual en materia de innovación y desarrollo local. Las alusiones a la existencia de territorios con proyecto, territorios que piensan su futuro, territorios que aprenden, etc., son otras tantas metáforas que se sustentan en esa capacidad potencial de los actores locales para movilizar los recursos específicos del área, mejorar su inserción exterior y ofrecer respuestas innovadoras ante los retos del presente (Guigou, 1995; Goux-Baudiment, 2001 y Deffontaines y Prod’homme, 2001). Capacidad que en ciertos casos permite al territorio dejar de ser concebido como simple objeto para convertirse en sujeto colectivo, que cuenta con un "sistema de actores que lo anima y puede pensar y actuar en su nombre" (Goux-Baudiment, 2001).

Este regreso del actor (Jambes, 2001) supone, asimismo, una interpretación posibilista en la que se abandona la hegemonía otorgada por el estructuralismo y otras visiones de carácter holístico a la acción de grandes sujetos colectivos y al análisis de los procesos que marcan las pautas fundamentales de evolución de las sociedades y territorios. Por el contrario, ahora se entiende que los actores locales no están determinados en su actuación, sino que tienen cierta capacidad de maniobra para ofrecer una entre varias respuestas posibles. No obstante, debe quedar claro que frente al individualismo metodológico, que pretende explicar los procesos sociales por la simple agregación de acciones individuales, la propuesta que aquí se realiza debe adscribirse en mayor medida al enfoque estructuracionista propuesto por Giddens. Según esta visión, la relación entre estructuras y acciones debe entenderse como bidireccional: el contexto que impone el actual modelo de acumulación y regulación establece limitaciones a los agentes dentro de unos márgenes más o menos amplios según los lugares, pero las propias respuestas locales contribuyen a reformular en cierta medida las propias claves del sistema en un proceso de retroalimentación constante, de carácter dialéctico. Por otro lado, esas acciones son las que dan forma al territorio, pero las características materiales e inmateriales de éste también hacen o no posible la propia presencia de actores con capacidad/voluntad de innovación y sus posibilidades de respuesta.


Se han propuesto diversas tipologías de actores que pueden estar implicados en el apoyo a acciones relacionadas con la innovación y el desarrollo de los territorios. La propia evidencia empírica extraída de los casos que fueron analizados en la primera fase de nuestra investigación, permitió ya una primera identificación de instituciones públicas y privadas que, en algunos lugares, resultan un eficaz complemento al esfuerzo de innovación empresarial (Alonso y Méndez, 2001). No obstante, puede ahora sistematizarse en mayor medida esa tipología que, partiendo de la misma divisoria público-privado, permite diferenciar hasta cuatro grupos de actores potenciales, cuya presencia o ausencia, actividad e interrelaciones deben constituir uno de los referentes básicos de la investigación.


a) Instituciones públicas. Incluye aquellas autoridades y administraciones con competencias sobre el territorio. Asimiladas tradicionalmente al Estado, tanto los procesos de descentralización política como de integración europea exigen hoy diferenciar las de ámbito local o regional, más próximas y potencialmente implicadas con la realidad de cada territorio lo que les otorga una especial responsabilidad y protagonismo respecto de las instituciones de ámbito estatal o supraestatal, que no deben en ningún caso ser olvidadas como parte integrante del sistema de innovación.


b) Instituciones privadas. Junto a las empresas existentes en el territorio, principales protagonistas en la concepción originaria del medio innovador, también se concede particular importancia a la presencia activa de organizaciones económicas, centros de transferencia tecnológica y representantes de la sociedad civil con voluntad para dinamizar las sociedades locales y promover iniciativas colectivas de carácter innovador, tanto en el sistema productivo local como en otros planos complementarios de carácter no económico.


En esta tipología, es evidente que la mayoría de actores a incluir tienen un carácter endógeno, directamente relacionado con un origen local. Pero eso no significa negar, de entrada, la posibilidad de que empresas procedentes del exterior o instituciones y organizaciones de carácter supraestatal puedan ejercer influencias favorables a la innovación, contribuyendo incluso a debilitar las resistencias del tejido empresarial y social de determinadas localidades. Evitar ciertos prejuicios localistas permite comprender que algunos sistemas productivos y territorios pueden acceder a la innovación aprovechando las incitaciones o las ayudas procedentes del exterior, siempre que sean capaces de gestionarlas de forma adecuada para alcanzar, en fases posteriores, cierto grado de autonomía y autoorganización, conceptos asociados, en gran medida, a la idea de empowerment defendida por Friedman (1992).


Una última consideración relativa a los actores guarda relación con la metodología de investigación a aplicar. Además de reforzar la necesidad de incorporar técnicas de análisis como la encuesta o los diversos tipos de entrevista, capaces de avanzar en la comprensión de las razones que impulsan o inhiben la acción de los actores, incluida su percepción del entorno, el conocimiento de las estrategias que aplican, o de los éxitos y fracasos de la cooperación, no puede ignorarse que esa intervención es intencional y, por tanto, una aceptación acrítica de las respuestas dadas por los propios protagonistas puede provocar ciertos sesgos. Evitar en lo posible tal situación mediante la contrastación de opiniones procedentes de personas e instituciones de características diversas, o a partir de resultados empíricos observables, parece una estrategia de investigación prudente para evitar esa mirada ingenua de la realidad local que en ocasiones se ha achacado a este tipo de estudios.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El impacto de las perspectivas mundiales más sombrías para América Latina





ublicado en febrero 2, 2012
Por Nicolás Eyzaguirre

Blog Diálogo a Fondo






El FMI ha revisado a la baja considerablemente su pronóstico de crecimiento mundial para el 2012 y ahora prevé una recesión leve en la zona del euro. Naturalmente, un menor crecimiento mundial afectará a la actividad económica en América Latina y el Caribe.
Concretamente, el FMI espera que la economía mundial crezca apenas 3¼% en 2012, ¾ puntos porcentuales menos que lo que pronosticamos en septiembre pasado.
Nuestro pronóstico para la economía estadounidense para 2012, sin embargo, no ha variado, ya que los datos recientes apuntan a una recuperación de la demanda interna más vigorosa —aunque todavía lenta— que compensará el deterioro del contexto mundial. En cambio, el retroceso de la demanda mundial si se espera que afecte los precios de las materias primas, con una caída de alrededor del 5% proyectada para el petróleo y de aproximadamente 14% para las otras materias primas.
Un crecimiento más tenue




En lo que respecta a América Latina y el Caribe, como adelanté en un artículo reciente en este blog, una economía mundial más débil y precios más bajos para las materias primas se traducen en perspectivas menos favorables (véase el cuadro). Hemos reducido nuestros pronósticos de crecimiento para la región en su conjunto alrededor de ½% para este año. En general, la corrección a la baja para América Latina es un poco menor que para la economía mundial, debido a que en gran parte de la región las economías aún disfrutan de un favorable impulso interno y de sistemas financieros estables.
Además, a pesar de la revisión reciente, los precios de las materias primas se mantendrán bastante por encima de su nivel de largo plazo, y el financiamiento externo se espera que siga siendo relativamente barato y de fácil acceso (véase el gráfico). Si bien la mayor incertidumbre global ha aumentado la volatilidad de los flujos de capitales, aún no observamos indicios que el nivel de estos flujos vaya a ser significativamente menor.



Sin embargo, hay un cierto grado de diversidad en las revisiones de nuestros pronósticos dentro de la región.
• En América del Sur, donde hasta hace poco el crecimiento superaba considerablemente el crecimiento tendencial, se espera que las condiciones externas menos favorables moderen a las presiones de sobrecalentamiento que se estaban gestando.
• Las perspectivas para México y América Central en líneas generales son las mismas que en octubre, dado que no hemos modificado nuestras perspectivas para Estados Unidos.
• Entretanto, el crecimiento en la región del Caribe seguirá lento, frenado por los débiles flujos de turismo procedentes de los países avanzados y el alto nivel de deuda pública.
Prepararse para lo peor
Es importante resaltar que las perspectivas para la región arriba descritas dependen de las medidas de política que se tomen en Europa. Allí las autoridades deben intensificar sus esfuerzos para contener la crisis y poner fin al aumento de las primas de riesgo de la deuda soberana y a la restricción del crédito bancario, que representan una amenaza para la economía mundial en 2012. Estos esfuerzos deberían estar respaldados por medidas de política apropiadas en otras regiones de economías avanzadas y emergentes. De lo contrario, como sugiere el escenario a la baja presentado como parte del reciente análisis del FMI sobre las perspectivas mundiales, el crecimiento mundial en 2012 podría ser alrededor de 2 puntos porcentuales más bajo, lo cual provocaría un descenso de los precios de las materias primas y agudizaría las tensiones financieras. Para nuestra región, esto significaría un menor dinamismo de las exportaciones, un deterioro de los términos de intercambio y condiciones de financiamiento más restrictivas.
Para resumir: ¿Cómo deberían responder las autoridades de nuestra región?
• Esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor.
• Seguir reconstruyendo las defensas fiscales, y reforzando la credibilidad fiscal —la crisis de la zona del euro ilustra vívidamente los costos de perderla— y tener planes contingentes para el caso de que los riesgos en el panorama global se concreten.
• Estar preparados para relajar la política monetaria, pero solo en los casos en que la solidez institucional (incluido un tipo de cambio flexible) y el bajo nivel de inflación así lo permitan. Al mismo tiempo, se debe de vigilar atentamente cualquier signo de tensión en los sistemas financieros.

Dos hojas de ruta bien distintas: el FMI y la heterodoxia

Alejandro Rebossio
El País

Madrid, 03 de febrero de 2012


Desde dos visiones muy contrapuestas de la realidad económica hay coincidencias en que el panorama económico mundial puede complicarse y, por tanto, Latinoamérica debe adoptar medidas. La diferencia radica en qué receta seguir. Una es la opinión del director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nicolás Eyzaguirre, que ayer escribió en su blog sobre el impacto regional de unas “perspectivas mundiales más sombías”. La otra es la de un joven economista heterodoxo y asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador en inversión extranjera directa, Daniel Munevar, que a finales del año pasado escribió en la revista argentina Voces en el Fénix sobre los riesgos que implicaba la actual estructura económica de Latinoamérica ante una crisis internacional que volverá a azotar, según su visión. Eyzaguirre no es tan pesimista como Munevar, prevé un crecimiento latinoamericano del 3,6% en 2012 (medio punto por debajo de lo que calculaba en septiembre pasado), pero recomienda “prepararse para lo peor”, por si sucede. Ambos no son tan optimistas como los mercados financieros, que han tenido un buen enero, con bolsas para arriba y monedas apreciándose otra vez, como el real brasileño.

Eyzaguirre, exministro de Hacienda de Chile en tiempos de la Concertación (2000-2006), da a entender que las medidas de ajuste fiscal en Europa deberían estar contrapesadas por políticas expansivas de otras regiones ricas y de los mercados emergentes, de modo de evitar un crecimiento mundial más reducido que bajaría los precios de las materias primas (principales exportaciones sudamericanas) y agudizaría las tensiones financieras. “Para nuestra región, esto significaría un menor dinamismo de las exportaciones, un deterioro de los términos de intercambio y condiciones de financiamiento más restrictivas”, alerta Eyzaguirre, antes de adentrarse en su receta de “esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor”.
El jefe del FMI para Latinoamérica recomienda “seguir reconstruyendo las defensas fiscales y reforzando la credibilidad fiscal, y tener planes contingentes para el caso de que los riesgos en el panorama global se concreten”. También sugiere “estar preparados para relajar la política monetaria, pero solo en los casos en que la solidez institucional (incluido un tipo de cambio flexible) y el bajo nivel de inflación así lo permitan”. Por último, “se debe de vigilar atentamente cualquier signo de tensión en los sistemas financieros”, advierte Eyzaguirre. Brasil, la principal economía de la región, no está oyendo demasiado al FMI: a finales del año pasado anunció rebajas impositivas y recortes de los tipos de interés a pesar de que la inflación aún no ha sido domada al nivel que esperaban los economistas más ortodoxos. Pregunté por Twitter a los economistas que me siguen qué opinaban sobre los comentarios de Eyzaguirre. En Argentina, el economista Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, opina que el FMI ofrece “lo de siempre: credibilidad fiscal, mirar la inflación, instituciones... nada interesante y, peor, todo huele a viejo”. En su país, el Gobierno ha adoptado recortes en subvenciones a diversos sectores, pero acaba de aumentar un 17% las pensiones. Ha evitado una devaluación del peso al permitir que subieran los tipos de interés, pero ahora intenta rebajarlos, mientras recurre a otros métodos para controlar la tasa de cambio: nuevos controles de importaciones y mayores exigencias de capital a los bancos, las que impedirán a las entidades extranjeras el giro de utilidades a sus casas matrices por lo menos en 2012.
La otra receta es la de Munevar, economista de la Universidad de Pinar del Río, Cuba, máster en Asuntos Públicos de la Universidad de Texas y analista del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo en Bruselas. En primer lugar, propone una “regulación al crédito otorgado al sector privado por entidades financieras, con miras a controlar el rápido crecimiento de las deudas de hogares y corporaciones”. Teme que se repita en Latinoamérica lo que él considera el origen de la crisis de los países ricos en 2008: un sobreendeudamiento del sector privado en combinación con una pérdida de la participación de los ingresos de los trabajadores en la economía, con la consiguiente reducción de la posibilidad de que el consumo interno aliente la actividad. En segundo término, sugiere “coordinar la creación de un sistema de control de capitales a nivel regional que permita reducir la entrada" de los de carácter especulativo, “con el objetivo de reducir el impacto negativo de tales flujos sobre el valor de las monedas y el crédito local”. El economista colombiano prevé "este sistema podría venir acompañado de la creación de un impuesto regional a las transacciones financieras, que sirva a su vez para financiar las actividades del Banco del Sur", que es la entidad de fomento que sueña crear la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
En tercer lugar, Munevar recomienda que se acelere la creación del Banco del Sur, pendiente desde 2007, porque serviría para “financiar el fortalecimiento de la capacidad productiva regional, para así reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas que sufre actualmente la región”. El economista residente en Bélgica advierte sobre el “serio desacierto en términos de política económica que se ha cometido en varios países de la región, como Colombia, Perú, la Argentina y varios otros, donde la estrategia de desarrollo se fundamenta en la extracción de recursos naturales”. En la revista del Grupo Fénix (el colectivo de economistas heterodoxos de la Universidad de Buenos Aires que encabezaron la llamada a que Argentina abandonara las recetas neoliberales a principios de la década de 2000), Munaver opina que “el fortalecimiento de la integración regional permitiría crear las economías de escala requeridas para el desarrollo de un sector manufacturero en los diferentes países de América Latina”.
Por último, el economista formado en Cuba y EE UU aboga por la formación de “comités de auditoría de la deuda a nivel regional que permitan la supervisión y vigilancia del manejo de los mecanismos de endeudamiento público”. , sino “para controlar en forma preventiva la socialización de las pérdidas del sector financiero asociadas en un escenario de pánico financiero regional e internacional”. Munaver teme que, al igual que ha sucedido en EE UU y Europa, los Estados se terminen endeudando demasiado para salvar a los bancos y las grandes compañías de un colapso.

Los problemas de China beneficiarían a México



Comprar productos de China ya no es tan buen negocio. Una consecuencia de ello es que las compañías que transportan carga desde México hacia Estados Unidos están trabajando más.
China ha sido durante largo tiempo el destino de las compañías que buscan recortar costos. Una gigantesca población de trabajadores, sumada a unos líderes ansiosos de forjar la infraestructura manufacturera del país, la convirtieron en el mejor lugar del mundo para fabricar productos a bajo precio. Pero claro, nada dura para siempre.
La base de trabajadores chinos se está reduciendo. La política de un hijo y la preferencia cultural del país por los niños ha conducido a una contracción de la población de jóvenes, particularmente las mujeres que trabajan en los pisos de las firmas textiles y de electrónicos. Naciones Unidas proyecta que el número de mujeres entre 15 y 24 años en China caerá de 106 millones en 2010 a 92 millones en 2015. Sumado a un creciente estándar de vida, los costos laborales están subiendo más rápido que los incrementos en productividad de las firmas chinas.
Además, los precios comerciales de los terrenos se han disparado, mientras que los precios, controlados por el gobierno, de la energía se están acercando a las tasas del mercado. El yuan ha subido 30% en los últimos cinco años frente a unas canastas de las monedas de sus principales socios comerciales y continuará su marcha ascendente. No es de extrañar que el precio de las importaciones desde China, que por muchos años se mantuvo estable, haya estado al alza desde finales de 2010.
Los problemas de la cadena de suministro también han ocasionado que las compañías reconsideren la tercerización. Cuando la demanda cayó precipitadamente después de la crisis financiera de 2008, muchos se quedaron con inventario atascado en barcos lentos desde China. Los volátiles precios de la energía han hecho que los costos de transporte sean más inciertos. El tsunami del año pasado en Japón y las inundaciones en Tailandia subrayan la fragilidad de las largas cadenas de suministro.
Las cambiantes dinámicas de costos han intensificado los rumores de que las empresas estadounidenses optarán por una "repatriación" de trabajadores y algunas han trasladado operaciones a EE.UU. El pasado jueves, al anunciar sus resultados, Carlisle Cos. informó que incrementaría sus operaciones de fabricación de neumáticos en Tennessee debido a que, según el presidente ejecutivo David Roberts, "podemos fabricar con tantos o mayores ahorros en EE.UU. que en China".
Para muchas compañías, no obstante, una mejor estrategia es reforzar su producción en México. Pese a las preocupaciones de seguridad, los salarios son sustancialmente menores a los de EE.UU. Una mirada a las recientes estadísticas comerciales sugiere que las empresas ya lo están haciendo.
El número de contenedores de carga llenos que entraron a los puertos de Los Ángeles y Long Beach, California, los principales puntos de entrada para las importaciones asiáticas, bajó 0,2% el año pasado. Pero los camiones y trenes cargaron más mercancía, por peso, desde México hacia EE.UU. en los primeros 11 meses del año pasado frente al mismo lapso del año anterior.
Un puñado de empresas de transporte son las qué más saldrán beneficiadas. La subsidiaria mexicana de Kansas City Southern Railway controla un sistema férreo que se extiende hasta el interior de México. También controla un puente para trenes que cruza el Río Grande en un punto clave del cruce fronterizo en Laredo, Texas. Union Pacific posee 26% de la empresa ferroviaria mexicana Ferromex y opera en seis importantes cruces fronterizos. Las acciones de ambas compañías han subido marcadamente en el último año y las ganancias han mantenido el paso. Kansas City Southern se cotiza a 23 veces sus ganancias, frente a 34 hace un año. La proporción de ganancias a ingresos de Union Pacific ha caído de 17 a 19. La tercera empresa ferroviaria con operaciones con México es BNFS, propiedad de Berkshire Hathaway, el conglomerado ligado a Warren Buffett.
Varias firmas de camiones operan en México; la que tiene la mayor exposición es una empresa pequeña llamada Celadon Group, la cual concentra buena parte de sus negocios en la frontera entre EE.UU. y México. Sus acciones, que cayeron y luego repuntaron en 2011 se cotizan a 19 veces sus ganancias, frente a 32 veces hace un año.
Pero sin duda el mayor beneficiado es México. El país y sus compañías fueron duramente afectados a lo largo de la última década por la pérdida de exportaciones frente a China. El desplazamiento del foco comercial podría contrarrestar los problemas económicos y sociales que han hecho que algunos inversionistas se sientan reacios a colocar su dinero allí.

lunes, 6 de febrero de 2012

China es clave para el crecimiento de América del Sur

Jorge Castro
Clarin
Buenos Aires, 29/1/12



Conexión estratégica. La primera década de este siglo fue la mejor para nuestra región en los últimos cien años gracias a la relación con el gigante de Asia
La primera década del siglo fue la mejor de América latina, y en especial de América del Sur, de los últimos 100 años. La razón es su conexión estratégica con China, a través de una vía directa (comercio internacional y crecientes inversiones) y otra indirecta (papel decisivo de la República Popular en los precios de los commodities en el mercado mundial).
Por eso, los países de América del Sur muestran dos rasgos comunes: más de la mitad de sus exportaciones son materias primas (Brasil, 61.5%) y su principal socio comercial es China.
Lo que no tienen los países sudamericanos es capacidad de convergencia económica con el mundo avanzado, a través del aumento de la productividad y el ingreso per cápita, sinónimos de incremento de la acumulación de capital, físico y humano. Así, el alto crecimiento de la última década en América del Sur – +5,5% anual promedio – no fue acompañado de una formación significativa de los factores de producción (trabajo/capital).
Esta es la gran diferencia entre América del Sur y los países emergentes de Asia-Pacífico.
En los últimos 100 años, el ingreso per cápita de América latina ha sido 30% de los niveles de EE.UU. En el Sudeste asiático, el ingreso per cápita era 15% del norteamericano en 1960 y trepó a 70% en 2007.
En la Argentina, el aumento de la productividad ha sido 0,4% anual entre 1961 y 2008 (con -2,5% por año en los 80); y en China ha sido en ese período 2,3% anual (con un auge de 6,2% por año entre 2000 y 2008). Hay milagros en la historia, pero pocos.
La mayor parte responde a factores estructurales.
El efecto más importante de la irrupción de China / India / Asia en el comercio internacional de los últimos 20 años ha sido la modificación irreversible que ha provocado en los términos de intercambio globales, a punto de fijar la nueva tendencia central de la época, el marco que separa lo posible de lo imposible.
Esta reversión de los términos de intercambio se manifiesta en una caída del precio de las manufacturas y en un alza más que proporcional del valor de las materias primas . El resultado es que se han modificado las ventajas comparativas de los países emergentes y en desarrollo del sistema mundial.
Ha desaparecido la premisa básica de la industrialización, sobre todo basada en la sustitución de importaciones, y ha aumentado cualitativamente la importancia de la producción primaria (granos, metales, energéticos).
Conviene agregar que los términos de intercambio de los países productores de commodities de América del Sur son los mejores de su historia (base 100 = año 2000; 2011 = 154).
Justin Lin, vicepresidente del Banco Mundial, doctor en economía de Chicago y representante de China, se pregunta por qué la estrategia de desarrollo de la República Popular ha sido un éxito histórico (+ 9,9% anual durante 33 años, auge del comercio internacional de 16,3% por año y 440 millones de personas que han salido de la pobreza), mientras que ha sido un fracaso la de otros países emergentes, sobre todo los latinoamericanos, y en especial los de América del Sur.
Sostiene que mientras los otros países emergentes siguieron una política de desafío a las ventajas comparativas, a través de una estrategia industrializadora de sustitución de importaciones, los del Sudeste asiático – en primer lugar China – tomaron la dirección de sus ventajas comparativas más dinámicas.
En el caso chino esto se denominó política de “apertura y reformas” (o “desatar la productividad” / Deng Xiao Ping). Agrega Lin que el determinante fundamental del crecimiento chino no ha sido la tasa de inversión o la magnitud de la fuerza de trabajo, sino la elección de instituciones fundadas en las ventajas comparativas, guiadas por un pensamiento estratégico .
América del Sur se enfrenta en estas condiciones a su segunda década de conexión estratégica con China.

miércoles, 1 de febrero de 2012

J. Carlos de Assis (*)
www.cartamaior.com.br
31/1/12



Tenho sustentado que a crise financeira atual é a maior da história do capitalismo pela razão simples de que, ao contrário da Grande Depressão, antes considerada a maior, desta vez a crise afetou o coração mesmo do sistema capitalista, que é o seu sistema bancário central. Nos anos 30, milhares (cerca de 9 mil) bancos quebraram nos EUA e na Europa, no curso de quatro corridas bancárias entre 29 e 33, mas nem um único considerado grande. Eram pequenos e médios bancos municipais ou regionais, sem risco sistêmico. Agora, no rastro do Lemon Brothers, apenas o quinto entre os bancos de investimento, todo o sistema virtualmente esteve para colapsar.Nos Estados Unidos, os dois maiores conglomerados bancário-financeiros, o Bank of America e o Citigroup, tiveram que ser parcialmente estatizados para não quebrar. No caso do Citigroup, o Governo comprou mais de 40% de suas ações ordinárias. Os outros 17 maiores conglomerados financeiros, submetidos a testes de stress, foram socorridos pelo Fed sob o pretexto de evitar riscos sistêmicos. Na Europa, o Royal Scotland Bank e o Barclays da Inglaterra tiveram de ser estatizados. Continuam assim até hoje. Na Alemanha, o Governo comprou quase metade do Commenzbank, do qual ainda hoje detém 25% das ações.Voltando aos Estados Unidos, quebrou e teve de ser estatizada a maior seguradora do mundo, a AIG. O mesmo destino tiveram as duas maiores empresas de crédito imobiliário do país e do mundo, a Fred e a Fannie Mae. Além disso, numa iniciativa absolutamente inédita, o Governo americano interveio para salvar as maiores empresas manufatureiras do país, a GM e a Chrysler, com empréstimos bilionários. (Note-se que a legislação emergencial dos anos de Roosevelt previu socorro do Fed a empresas manufatureiras, não financeiras, mas ela nunca havia sido efetivamente aplicada até agora.) O rescaldo desse incêndio são 6 trilhões de dólares em hipotecas em circulação nos Estados Unidos, além de outras formas de crédito de recebimento duvidoso (cartão de crédito, estudantil etc), tendo parte desse crédito vazado para o sistema bancário europeu. Dessas hipotecas, algo como 3,5 trilhões de dólares são de recebimento duvidoso, e 1,5 a 2 trilhões de dólares são calculados como perda certa, dependendo do comportamento do mercado imobiliário - que até hoje, mais de três anos depois do início da crise, não se recuperou. Por uma especial deferência dos reguladores, os bancos foram autorizados a manter em carteira esses títulos, só exigindo sua baixa na data do vencimento nominal.O fato é que, com suas carteiras lotadas de títulos podres privados, os bancos limitam os empréstimos para o setor produtivo numa corrida desesperada para fazer lucros de curto prazo (e distribuir bônus) nos mercados sem risco a fim de evitar sua própria quebra. Estão com operações concentradas em transação de moedas (4 trilhões de dólares ao dia, 955 trilhões ao longo de 2010), em arbitragem (tomando recursos do Fed a 0,25% e emprestando ao Tesouro a 3,5%) e em outras formas de “serviços”. Com isso há um estreitamento de crédito para pequenas e médias empresas, justamente as que concentram 65% da criação do emprego nos Estados Unidos. Em consequência, a taxa de desemprego se mantém extremamente elevada (8,5%).Na Europa, os governos também trataram de estatizar e salvar bancos, sempre à custa de um endividamento público relativo ainda maior que o dos Estados Unidos. É de notar-se que, antes da crise, todos os países da União Européia e, particularmente, os da zona do euro tinham situações fiscais bastante confortáveis tendo em vista os critérios de Maastricht – com a possível exceção da Grécia. A dívida da Irlanda, por exemplo, era inferior a 30% do PIB! Depois da eclosão da crise, sob o ataque frontal das agências de risco, Grécia, Portugal e Irlanda, assim como Espanha e Itália, viram explicitada uma crise fiscal criada pelo setor privado e que ele quer, agora, transferir seus custos aos cidadãos, na forma de destruição do Estado de bem estar social europeu. Isso, porém, fica para ser discutido mais tarde.



(*) Economista e professor, presidente do Intersul, coautor com Francisco Antonio Doria do recém-lançado “O Universo Neoliberal em Desencanto”, Ed. Civilização Brasileira. Este artigo é publicado também no site “Rumos do Brasil” e todas as terças-feiras, no jornal “Monitor Mercantil”.

¿Está reanimándose la economía?

PAUL KRUGMAN
El Pais
Madrid, 29/01/2012





¿Qué tal va el estado de la Unión? Bueno, el estado de la economía sigue siendo terrible. Tres años después de la toma de posesión del presidente Barack Obama y dos años y medio desde que acabó oficialmente la recesión, el paro permanece dolorosamente alto.
Pero hay motivos para creer que por fin estamos en el (lento) camino hacia tiempos mejores. Y no estaríamos en ese camino si Obama hubiera cedido a las exigencias republicanas de que recortara el gasto, o la Reserva Federal hubiera accedido a las exigencias republicanas de que restringiera el dinero.
¿Por qué permito que un poco de optimismo rompa a través de las nubes? Los últimos datos económicos han sido un poco mejores, pero ya hemos vivido varios falsos amaneceres en ese frente. Y lo que es más importante, hay indicios de que los dos grandes problemas que originaron nuestra recesión -la burbuja inmobiliaria y el exceso de deuda privada- por fin están corrigiéndose.
En cuanto a la vivienda: como todo el mundo sabe a estas alturas (pero la de groserías que ha tenido que oír todo el que lo señalara mientras estaba sucediendo), experimentamos una monstruosa burbuja inmobiliaria entre 2000 y 2006. Los precios de las casas se pusieron por las nubes y estaba claro que se estaba construyendo en exceso. Cuando la burbuja explotó, la construcción -que había sido el principal motor de la economía durante la supuesta "expansión de Bush"- se hundió.
Pero la burbuja empezó a desinflarse hace casi seis años; los precios de las viviendas han vuelto a los niveles de 2003. Y después de una prolongada caída de las nuevas construcciones, Estados Unidos parece ahora seriamente escaso de casas, al menos según criterios históricos.
Entonces, ¿por qué no está saliendo la gente a comprar? Porque la situación de crisis de la economía deja a mucha gente que normalmente estaría comprando casas o bien incapaz de permitírselas, o demasiado preocupada por las perspectivas laborales para correr el riesgo.
Pero la economía está en crisis fundamentalmente por culpa del pinchazo inmobiliario, lo cual sugiere inmediatamente la posibilidad de un círculo virtuoso: una economía mejor conduce a un aumento de las adquisiciones de vivienda, lo cual anima la construcción, lo cual consolida la economía todavía más, y así sucesivamente. Y si se fijan bien en los últimos datos, da la impresión de que algo así podría estar arrancando: la venta de viviendas ha subido, las reclamaciones de prestaciones por desempleo han bajado y la confianza de los promotores está aumentando.
Es más, cada vez hay más probabilidades de que se produzca un círculo virtuoso, porque hemos conseguido importantes progresos en el frente de la deuda.
Naturalmente, esto no es lo que oímos en los debates públicos, donde toda la atención se centra en el aumento de la deuda pública. Pero cualquiera que haya analizado seriamente cómo caímos en esta recesión sabe que la deuda privada, especialmente la deuda familiar, fue la verdadera culpable: la explosión de la deuda familiar durante los años de Bush fue lo que abonó el terreno para la crisis. Y la buena noticia es que esta deuda privada, expresada en dólares, ha disminuido, y decrecido considerablemente como porcentaje del PIB, desde finales de 2008.
Lógicamente, siguen existiendo grandes riesgos, y más que nada, el riesgo de que los problemas en Europa hagan descarrilar nuestra incipiente recuperación. Y esa es toda una historia, una historia que nos contaba un reciente informe del McKinsey Global Institute. El informe examina los avances en el "desapalancamiento", el proceso de reducir los niveles de deuda excesivos. Certifica un adelanto considerable en Estados Unidos que contrasta con la falta de avances en Europa. Y aunque el informe no lo diga explícitamente, está bastante claro por qué a Europa le va peor que a nosotros: porque los políticos europeos han tenido miedo de las cosas equivocadas.
En concreto, el Banco Central Europeo ha estado preocupándose por la inflación -llegando, incluso, a aumentar los tipos de interés en 2011, solo para cambiar de rumbo ese mismo año-, en vez de concentrarse en sostener la recuperación económica. Y la austeridad fiscal, que se supone que limita el aumento de la deuda pública, ha deprimido la economía, lo cual ha hecho que sea imposible conseguir reducciones urgentemente necesarias en la deuda privada. El resultado final es que, a pesar de tanto predicar sobre los males del endeudamiento, los europeos no están haciendo ningún progreso en cuanto al exceso de deuda, mientras que nosotros, sí.
Volviendo a la situación en Estados Unidos: mi optimismo comedido no debería interpretarse como una declaración de que todo va bien. Ya hemos sufrido un daño enorme e innecesario por no haber respondido adecuadamente ante la recesión. No hemos conseguido aliviar la deuda hipotecaria, lo cual nos habría podido mover mucho más rápidamente hacia un descenso de la deuda. E incluso, si mi esperado círculo virtuoso está en camino, pasarán años antes de que lleguemos a algo remotamente parecido al pleno empleo.
Pero las cosas podrían haber estado peor; habrían estado peor si hubiéramos seguido la política que exigían los rivales de Obama. Porque como he dicho al principio, los republicanos han estado exigiendo que la Reserva Federal deje de intentar reducir los tipos de interés y que el gasto federal se recorte inmediatamente, lo que equivale a exigir que emulemos el fracaso de Europa.
Y si las elecciones de este año llevan la ideología equivocada al poder, la embrionaria recuperación de Estados Unidos podría muy bien exhalar el último suspiro.

Stiglitz: ideologo del capitalismo


Albano Nunes

www.odiario.info
28 de enero de 2012



Falando em Portugal, e um momento particularmente delicado da luta dos trabalhadores e do povo português, Stiglitz colocou-se explicitamente do outro lado da barricada. Aqui fica o registo e o aviso à navegação. Nada de distracções. A social-democracia, seja qual for a sua variante, o que procura é salvar o sistema, não combatê-lo e muito menos superá-lo.

O capitalismo tem assumido no tempo e no espaço diferentes formas de existência e os seus ideólogos nunca falaram a uma só voz. E se há tempos de grande unanimismo e «pensamento único» como aconteceu nos anos de celebração triunfalista das trágicas derrotas do socialismo, outros há em que a crise do capitalismo e o desenvolvimento da luta de classes alimentam divergências reais no seio da classe dominante, nomeadamente entre as duas grandes correntes históricas que a sustentam, a «liberal/conservadora» e a «social-democrata/keynesiana».Perante a instabilidade e a incerteza do quadro internacional, a perspectiva de um longo período de recessão económica e a possibilidade de um novo crash ainda mais destruidor, é essa a situação actual. Muitos se apercebem que a hegemonia do grande capital financeiro e especulativo, as violentas políticas de «austeridade» conduzidas pelo FMI e pela UE, a manipulação da espiral da dívida para estrangular o desenvolvimento e provocar o empobrecimento de países soberanos, o desemprego em massa e a falta de medidas para o combater, o aprofundamento das desigualdades, tudo isto não só contraria o objectivo da recuperação económica como leva no bojo inevitáveis explosões de descontentamento social com o questionamento dos próprios fundamentos da ordem capitalista.
É isto que faz correr reputados economistas e publicistas que criticam as políticas «ultra-liberais», denunciam a «falta de transparência» e os «excessos» da especulação financeira, lamentam a ausência de «consciência social» das políticas dominantes, insistem na necessidade de maior «regulação» do sistema bancário e preconizam um «governo europeu» e mesmo um «governo mundial» que previna a eclosão de crises (como se estas não fossem inerentes ao próprio sistema de exploração capitalista) sem entretanto irem às raízes da situação, e preocupando-se muito pouco com fenómenos tão perigosos como o espezinhamento das soberanias nacionais, o avanço do nacionalismo xenófobo e fascizante ou o aumento dos perigos de guerra.
Vem isto a propósito da recente estadia em Portugal de Joseph Stiglitz, Prémio Nobel da economia e ideólogo de referência, bem conhecido pelas suas posições críticas em relação a numerosos aspectos das políticas neoliberais. Muitas das suas declarações e posicionamentos, até por virem de alguém que tem estado bem por dentro do sistema – vice-presidente e economista-chefe do Banco Mundial, conselheiro de presidentes dos EUA, relator de comissões da ONU sobre a reforma do sistema monetário internacional ou alterações climáticas – têm contribuído para desmontar atoardas e ajudado a combater as políticas mais reaccionárias. E durante a sua visita a Portugal ouviu-se preocupações e críticas certeiras, nomeadamente quanto à imperiosa necessidade de políticas orientadas para o crescimento económico, que podemos subscrever sem dificuldade. Mas ouviu-se também declarações de branqueamento das funestas políticas governamentais e mesmo de apoio ao monstruoso acordo cozinhado entre o governo, o patronato e a UGT no preciso momento em que era assinado.
Vinda de um dos grandes corifeus ideológicos do sistema uma tal posição não surpreende, mas a sua gravidade não pode deixar de ser assinalada. Num momento alto da ofensiva do capital Stiglitz toma partido contra os trabalhadores e o povo português. Podendo ao menos ter evitado comprometer-se numa atitude que ainda por cima é de aberta ingerência na vida interna portuguesa, não o fez. Numa questão central na aguda luta de classes que se trava no nosso País, e num momento particularmente delicado dessa luta, Stiglitz, que é frequentemente apresentado como «neo-keynesiano», colocou-se explicitamente do outro lado da barricada. Aqui fica o registo e o aviso à navegação. Nada de distracções. A social-democracia, seja qual for a sua variante, o que procura é salvar o sistema, não combatê-lo e muito menos superá-lo.